Foster Wallace


Mi pareja lee a Foster Wallace. Tiene varios de sus libros y ayer llegó con otro más, de ensayos. A mí me intimidan esos volúmenes de tantas páginas. De tan demasiadas páginas. A veces los tomo y leo algún capítulo o algún ensayo. A veces C. me lee párrafos. Siempre me quedo con la sensación de su intención de abarcarlo absolutamente todo. De no dejar ningún detalle, ningún cuadro, ni pensamiento, ni posibilidad fuera de su pluma. De ser dios, pero no como en el lugar común ese que asocia a los creadores con dioses. De serlo realmente. Omnipresente y ubicuo. Cubrirlo todo con su manto de palabras que describen el absoluto de cada evento.

Ayer leí un ensayo que hacía sobre Borges. Hablaba de un biografía escrita por alguien de apellido Williamson. FW decía que no estaba bien analizar la obra de Borges a la luz de la psicología como W. pretendía. (Una psicología, además, de programa de Oprah Winfrey, señalaba). Porque en su opinión el Borges escritor no tiene nada que ver con el Borges autor, que según esa biografía sería un "niño de mamá vanidoso, tímido, pomposo y entregado durante gran parte de su vida a neurasténicas obsesiones románticas". En oposición a un Borges escritor "límpido, ingenioso, pansófico y profundamente adulto".

Sin embargo, su análisis no es para desacreditar el estudio de una obra a luz de las características biográficas de un autor, sino que en el caso de Borges no ha lugar. Que podría funcionar con otros autores como Kafka, quien sí proyecta lineas más personales en su ficción. Pero no en Borges cuya literatura va detrás de la inmortalidad. Que lucha por despojarse de toda huella, por más pequeña que sea, que provenga de lo cotidiano o que pudiera recordar al hombre de carne y hueso.

Me acordé de haber leído lo enojado que se puso Borges cuando una mujer (creo que una periodista) intentó analizar su cuento La intrusa a la luz de su relación con la madre. Decía que esos dos hermanos eran Borges y su madre y la mujer representaba a todos los amores de Borges que habían intentado interponerse entre ellos dos sin conseguirlo. El amor incestuoso entre hermanos como metáfora del amor incestuoso madre-hijo. Borges la acusaba de tener un exceso de imaginación.

Personalmente me interesan los detalles biográficos como una literatura con vida propia. Me gusta también buscar esas huellas en los cuentos, en las novelas. Imaginar dónde y cómo una historia fue cosechada. Pero creo que dios (FW) tiene razón. No se puede forzar la biografía. No al menos en esos autores que concienzuda y meticulosamente renunciaron a ella.

El ensayo se llama Borges en el diván. El libro, En cuerpo y en lo otro (Mondadori).



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